
Primera Guerra Mundial
Segunda guerra de movimientos
Alemania realizó entonces un esfuerzo supremo para ganar la guerra: en marzo de 1918 inició una segunda guerra de movimientos, que terminó con su completa derrota en noviembre de 1918. Hindenburg y Ludendorff, los vencedores del frente oriental, lanzaron un formidable ataque en Picardía, sobre la región central del frente francés, donde se unían las divisiones británicas con las francesas, para introducirse entre ambas, arrojar a los ingleses sobre el Canal de la Mancha y a sus aliados sobre París, y destruirlos por separado.
En esta última fase de la guerra los germanos utilizaron mayor artillería que nunca, llegando a contar con un cañón que bombardeó a París desde 120 kilómetros de distancia, y buscaron aniquilar al adversario con el uso de proyectiles que despedían gases tóxicos o que producían una especie de niebla artificial, que hacía penosa la lucha. Los aliados utilizaron los tanques y la aviación. La primera embestida ale mana en Picardía (marzo de 1918) les permitió introducirse entre ingleses y franceses y avanzar, en pocos días, 60 kilómetros en dirección a
París. El general francés Foch, al frente del ejército aliado, hizo pie firme en las orillas del Mame, 60 kilómetros al este de París. La segunda batalla del Marne (15 a 18 de julio de 1918) detuvo a los germanos, y Foch pudo, así, avanzar ininterrumpidamente en dirección norte y provocar el total derrumbamiento de Alemania.
Bulgaria y Turquía solicitaban el armisticio y los italianos derrotaban a los austríacos en Vittorio- Véneto, obligándolos también a pedir la suspensión de las hostilidades.
La guerra llegaba a su fin. El emperador alemán, Guillermo II, ante el agotamiento de la nación, organizó un gobierno parlamentario presidido por el príncipe de Baden, quien abrió en el acto negociaciones con los aliados para obtener el armisticio y la paz pero éstos rehusaron y el avance de Foch continuó.
En estas circunstancias se produjo el motín de marineros en Kiel. El día 8 fue proclamada la república en Munich y luego en Berlín, sin que nadie hiciese resistencia. Guillermo II, abdicó el 9 y se retiró a Holanda